
Sin duda, un hombre valiente que arriesgó su vida por ayudar a una mujer maltratada que después se dedicó a ir a la televisión (previo pago, por supuesto) diciendo que no era una mujer maltratada y que no necesitaba ayuda de nadie... Qué soberbia. Qué pena. No merece ni siquiera que la mencione en mi blog, aunque estoy seguro de que todos los que leáis esto sabéis perfectamente de quién estoy hablando.
Lo único que deseo desde aquí es mandar toda mi fuerza y energía positiva para que el profesor Neira luche ahora por su vida, se recupere y le cuente al mundo entero lo que sucedió ese fatídico día en el que quiso evitar un nuevo caso de violencia de género aún a riesgo de sufrir las consecuencias en su propia piel.
Mucho ánimo, profesor, no se rinda.
Somos muchos los que le apoyamos y estamos con usted.
Etiquetas: Violencia de genero
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